Pocas personas entenderán esos momentos de soledad que existen detrás de un negocio.

O lo que significa tener que avanzar físicamente, pero mentalmente no saber cómo seguir.

Conozco tus pesadillas de mierda, cuando las ventas no fluyen, tu equipo no se entiende, el Excel ya no tiene sentido y de powerpoints ni hablemos.

… y cuando por fin cierras un rato el whatsapp, estás viendo videos de “Cómo hacer cerveza artesanal” como plan B.

¿Te suena?
Pues, no estás solo. 

Muchos empresarios como tú —con experiencia, pero agotados por no ver resultados — pasan por etapas similares.

Se sienten atrapados como si la empresa fuera un matrimonio roto que se sostiene por nostalgia o conveniencia.

Como si el modelo de negocio tuviera agujeros, y la única herramienta que se encuentra para sacar el agua fuera el gotero de la valeriana de tu tía.

Se trabaja duro.
Que no quede duda.
Noches, cumpleaños, fines de semana, cuando sea….
De eso todo, que esto no es para débiles… es para putos guerreros como tú.

Pero…


 ¿Para qué?
¿Para seguir sobreviviendo?
¿Para tener un negocio que te roba la vida mientras sueñas con una jubilación sin certezas?
¿Para que ahora visites al psicólogo más que a tu mamá?

La buena noticia: hay salidas y premios claro que sí.. Que si no, nadie se le medía a esta aventura.

No milagros. No promesas vacías.

Claro que hay soluciones prácticas, estrategias claras y decisiones incómodas y efectivas que se pueden aprender y entrenar.

Lo sé, porque llevo más de 25 años creando empresas, arreglando problemas, disputas, procesos y hasta problemas emocionales de trabajadores y socios.

He vendido desde libros de 10 dólares hasta cerrado un negocio con Google de 50 millones de dólares.

Ya son mas de 20 años, acompañando a empresarios como tú a reparar los platos rotos en su empresa.
 
A dejar de trabajar como mulas para clientes que no valen la pena. 

A rediseñar y renegociar sus servicios, subir precios, recuperar la rentabilidad, volver a disfrutar lo que hacen.

Y sí; también a decir que NO el 90% de las veces, con la tranquilidad de que ahora sí, están construyendo algo que les sirve.


¿Te identificas con alguna de estas situaciones?

– Tu negocio parece un barco que se indunda… y sientes que solo tienes un gotero para sacar el agua?
– Estás harto de poner a tu mejor trabajador a enviar cotizaciones?
– Te sientes cada vez más lejos de la vida cómoda que soñaste para tu retiro?
– Facturas más… pero ganas menos?
 – Te tienen hasta la madre las reuniones de seguimiento con jefes de compras, que no mandan ni en su casa?
– Sientes que tu cliente ideal está en otra ciudad, otro país o… en otra dimensión?
– Estás tratando un cáncer empresarial con aromaterapia?

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Precaución ⚠️
En caso de que seas una persona altamente sensible te cuento algo ahora mismo, antes que me des tu email.

Roberto me dijo un día “Pobre con pobre solo da rabia” y eso ha regido mi práctica desde entonces.. no estoy hablando solo de dinero, pero esto te lo cuento en los correos.

Todos los días envío un email corto, práctico, real, directo y sin adornos.

– Historias de cómo otros han arreglado problemas similares al tuyo.
– Cómo cobrar tarifas que antes parecían impensables.
– Ideas para recuperar la energía, el foco y el control de tu negocio.
– Vender sin rogar, sin humillarse y sin perder el alma.
– Y las mejores historias de Roberto y muchos otros personajes.


No tienes que leerme todos los días..
…O si, allá tu.

Pero tienes que estar ahí cuando llegue el que te hace click.


Y como sabes que una empresa no se monta solo, mándale esta página a tus socios, clientes y colaboradores, antes que te empiecen a preguntar qué estás fumando.

Te garantizo que es mucha gente la que aún no sabe que su negocio puede curarse.

Nos leemos mañana.

_{P.S. En cada email verás al menos un link, para preguntarte algo, venderte algo o recomendarte algo útil.}